Tras una larga espera, este mes de abril los cruceros regresaron a Port Hercule.
El 6 de enero de 2020, el transatlántico "Amera" levó anclas y se hizo a la mar, dejando atrás el Principado. Fue el último buque que recaló en Mónaco. Durante más de dos años, debido a la crisis sanitaria provocada por el Covid-19, las autoridades monegascas prohibieron fondear a los cruceros.
Pero hay buenas noticias: a partir de abril de 2022 los cruceros regresan a Port Hercule. El "Azamara
Pursuit", un asiduo visitante del Principado antes de la pandemia, fue el primero en volver, en la mañana del 5 de abril, y unos cientos de pasajeros desembarcaron en el muelle
Rainiero III. "Un soplo de aire fresco" para los comercios y restaurantes de Mónaco, en especial los de La Roca, que visitaron unos 176.000 pasajeros en 2019.
Aunque vuelve a haber actividad, no se hacen las cosas a la antigua usanza: "Limitamos la capacidad en las categorías lujo y premium, con buques de 250 metros de eslora como máximo y no más de 1.250 pasajeros a bordo", declaró Olivier
Lavagna, CEO del operador portuario de Mónaco SEPM. También se limita el número de barcos fondeados y la temporada de cruceros, de abril a mediados de noviembre.
El ligero cambio de enfoque viene acompañado de nuevos objetivos. Empezando por instalaciones para acomodar megayates, algunos de hasta 150 metros de eslora. El SEPM se centra en desarrollar el concepto de "puerto base", que busca convertir Mónaco en el puerto de salida o llegada para la mayor cantidad posible de circuitos de cruceros. Esta maniobra "generaría beneficios económicos significativos, en especial para los hoteles. También contribuiría a que los turistas regresaran al Principado más adelante", adelanta Olivier Lavagna.
Entretanto, del 5 de abril al 14 de noviembre de 2022, unos 137 cruceros harán escala en Mónaco, frente a los 165 de 2019.