Disfrutar sin tener que esperar más. Mónaco es el destino ideal.
Después de casi tres meses de confinamiento, recuperamos nuestra libertad. Nos hemos dado cuenta de que, de un día para otro, todo podía pararse de golpe. Está decidido: es posible hacer realidad nuestros sueños ahora y no posponerlos más. Lo más importante es disfrutar. Disfrutar de la vida, de lo que nos rodea, de descubrir y redescubrir un destino: el Principado de Mónaco.
Una evasión accesible
Dar prioridad a un destino europeo y cercano es una ocasión para venir a descubrir el Principado de Mónaco, un estado que dispone de aspectos desconocidos y abordables. A menos de dos horas de las principales capitales europeas, en avión, ferrocarril, carretera o mar. Una sabia mezcla de influencias de la Riviera Francesa y la "Costa dei Fiori" italiana.
Pensar que Mónaco está reservado a la élite es una idea equivocada. Un primer ejemplo: tomar un café en la Plaza del mercado de la Condamine, que todas las mañanas acoge a comerciantes con deliciosos productos frescos, de proximidad. La cita ineludible de los monegascos.
Por otra parte, la gran variedad de museos garantiza infinitas posibilidades de aprender, culturizarse y divertirse. A lo largo de los siglos, la construcción del patrimonio monegasco ha sido confiado a los mejores arquitectos de cada época. En tiempos de la creación de Montecarlo, el el arquitecto Charles Garnier fue el artífice del Casino y de la Ópera, mientras que el lucernario del Hotel Hermitage (*****) se encomendó nada menos que a Gustave Eiffel.
Pasear por las calles, avenidas y jardines bajo árboles centenarios, perderse en los callejones de la ciudad vieja o contemplar la vista incomparable desde el Jardín Exótico.... Una bonita sorpresa es que la excelencia no es inabordable: es posible degustar la gastronomía más exclusiva en un restaurante galardonado por la Guía Michelín a la hora del almuerzo, gracias a los distintos menús, a precios asequibles. Un pequeño estado enclavado entre Francia e Italia, que lleva más de setecientos años empapándose de la influencia mediterránea, con su cultura, gastronomía y arte de vivir.
Al fin juntos
Después del obligado confinamiento, todos tenemos la necesidad de volver a encontrarnos y de volver a disfrutar de los placeres sencillos, de los valores fundamentales que tienen sentido para nosotros. Volver a encontrarnos todos a los que echamos de menos, como la familia y los amigos. El Principado está hecho para que podamos relajarnos en un ambiente seguro y de calidad, añadiendo un nivel de seguridad inigualable. El Principado de Mónaco es sin duda uno de los destinos más seguros del mundo. Con un policía por cada 75 habitantes, un sistema de vigilancia de vídeo 24 horas en todo el territorio y la posibilidad de bloquear en pocos minutos todos los accesos al Principado.
Durante todo el año hay eventos dirigidos a todos los públicos. En Mónaco siempre hay algo para todas las edades y culturas, para vivir un momento excepcional en este pequeño rincón. Deleitarse escuchando un buen concierto, viendo un magnífico ballet o un espectáculo... La variedad es un sello distintivo. En familia o entre amigos, es ideal para hacer turismo, relajarse tomando una copa o una buena comida, todo bajo un sol radiante. Con más de 300 días soleados al año y un clima suave, mediterráneo, Mónaco disfruta de un tiempo ideal en cualquier época. La cercanía del mar y la montaña lo convierte en un destino heterogéneo donde despertarse al borde del mar, pasar el día esquiando y cenar en corazón del Principado al caer la tarde.